Exeter Isabel
Liévore
Aguda detective que solo
investiga los casos que le interesan (dejando de lado los insustanciales) como
pasatiempo y que sueña con convertirse en detective profesional en Londres, la
ciudad del crimen, según ella. Con apenas 15 años tiene el respeto de la fuerza
policial de la docta, convirtiéndose
así en una pequeña prodigio.
A pesar de tener el ingenio de
seis hombres de la rama de detectives de la policía, Exeter lleva a cuestas la
marca de ser “una excéntrica pequeña que no tiene un pelo de normal”. Sus
costumbres van desde caminar con las manos cuando necesita focalizar sus ideas
hasta vestirse de hombre cuando quiere comer por fuera, lo cual le ha dado
semejante titulo en una ciudad conservadora. A pesar de tener costumbres
extrañas y una vestimenta bastante particular, Exeter es bastante bonita para
su edad, aunque aun parece una pequeña de 10 años por su altura y sus rasgos
faciales: sus inquisitivos y grandes ojos grises, su pequeña y respingada nariz
llena de pecas, su cabello rojo y largo, y su piel de muñeca de porcelana.
Es una chica inteligente,
analítica y extremadamente sería, verla sonreír no es algo que se vea todos los
días, a menos que sea parte de una actuación; pero no, no es amargada, solo
tiene un sentido del humor tan particular como ella y suele reírse internamente
de aquello que le parece gracioso.
Valiant Liniers
Bremond
El duque de Toledo, un opulento
aristócrata que se oculta bajo una mascara de amabilidad… una que solo tiene
sentido con aquellos que más o menos se encuentran a su altura. Cuando no esta tratando
de cerrar un negocio o siendo el anfitrión de una fiesta es un hombre frío,
calculador y manipulador que se aprovecha de sus encantos para enredar a las
personas en su telaraña de mentiras. Además, la crueldad en sus ojos no tiene
precedentes: con una mirada podría acabar con el más fuerte espíritu.
Khan Bremond
A pesar de ser el hijo de un
duque, este joven se comporta como si fuese el hijo de u poderoso rey. Engreído,
mimado, egocéntrico, y sobretodo, silencioso. No dice mucho, ni con sus ojos ni
con sus labios, prefiere guardar silencio y dejar sus ideas para sí mismo;
aunque por la agudeza que destella muchas veces, se puede deducir fácilmente su
inteligencia muy por encima del promedio. Y aunque en otro tiempo hubiese sido
guapo sin medida, la venda que cubre su ojo derecho le arranca un poco de su
belleza. Y el ojo… ese ojo… sería mejor si nadie tocara el tema, pues aunque
sea tranquilo la mayoría del tiempo, puede perder la razón cuando alguien toca
el tema de su ojo.
(Más personajes serán añadidos
cuando la historia avance en el blog)
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